En el primer caso, se realiza la ubicación de la lesión y se coloca una aguja fina a fin de extraer líquido (en el caso de los quistes) o células (en el caso de nódulos sólidos) para su estudio citológico.
En el segundo método, una vez ubicada ecográficamente la lesión a estudiar, se inyecta anestesia. Posteriormente se realiza un pequeño corte sobre la piel para que ingrese por ese sitio la aguja gruesa. Se toman varias muestras las cuales se colocan en formol para su estudio histológico.