Este
procedimiento permitirá, a partir de la extracción por medio de una aguja fina
de fragmentos de tejidos y de células, su posterior correlación con estudios de
anatomía patológica y laboratorio con el objeto de orientar con precisión el
diagnóstico y su tratamiento ulterior. El procedimiento es sólo diagnóstico.
Puede reemplazar otros procedimientos diagnósticos de mayor riesgo, tales como
la biopsia quirúrgica o la biopsia con trocar o con taladro.
El paciente es ubicado en un equipo de Tomografía Computada, en la posición que permita acceder a la lesión que se analizará, colocándose una referencia metálica externa. Se realizan cortes tomográficos a fin de localizar la lesión visible en estudios antes efectuados y se elige un punto determinado donde se introducirá la aguja con una solución de iodo povidona, previa asepsia de la región.
La infiltración
se realiza con anestésicos locales. Finalizado el estudio, se coloca una cura
plana en la zona de punción y se lleva a cabo nuevos cortes tomográficos. El
estudio tiene una duración de entre 30 a 60 minutos.