El estudio combina un cuestionario pormenorizado y el examen físico considerando el tipo de cirugía a la que se someterá el paciente. El interrogatorio ayuda a detectar la existencia de enfermedades pulmonares preexistentes y se evalúan signos como espiración prolongada, entrada de aire, percusión, patrón respiratorio, uso de músculos accesorios, murmullo vesicular, sibilancias y roncus, así como la vía aérea con miras a una eventual intubación del paciente.
La información obtenida se clasifica en grado de riesgo respiratorio del paciente. Especialmente en caso de cirugías de tórax o abdomen, los médicos cirujanos aconsejan esta evaluación casi con igual frecuencia que el examen de riesgo cardiovascular.