Es una prueba estandarizada de fácil realización que permite evaluar globalmente la función respiratoria a partir de la medición de aire inhalado y exhalado. Es una práctica no invasiva que consiste en realizar una respiración relajada por la boca a través de un tubo pequeño y hasta su máxima capacidad. Y a continuación, exhalar lo más rápido posible durante 6 segundos. La maniobra se repite varias veces.
Nuestra Institución utiliza filtros antibacterianos y antivíricos descartables y equipo de protección personal (camisolín, guantes, barbijo, antiparra, máscara facial), lo que garantiza la máxima seguridad infectológica, tanto para el paciente como para el profesional.
Por la alta prevalencia de secuelas pulmonares en pacientes recuperados de COVID-19, los últimos consensos médicos han indicado la ESPIROMETRÍA como prueba de función pulmonar necesaria, según el caso. En nuestro Instituto, al momento de realizar la evaluación post-COVID, el profesional médico podría indicarla como parte del módulo de estudios, de acuerdo a los antecedentes del paciente y con la finalidad de valorar si existen secuelas pulmonares. También se indica a pacientes con diagnóstico de trastorno pulmonar crónico para el seguimiento del tratamiento y avance de la enfermedad o en casos pre-quirúrgicos para evaluar función pulmonar previo a una intervención. Además, realizamos Espirometría Computarizada con o sin broncodilatador, una prueba que permite detectar broncoconstricción. Indicada ante síntomas respiratorios crónicos sin diagnóstico (tos, sibilancias, disnea), diagnóstico y seguimiento de enfermedades crónicas obstructivas (Asma, EPOC).